¿Cuándo fue la última vez que tuvo una idea original? ¿Qué hizo con ella?
Debido a la búsqueda de la excelencia y el miedo a fracasar, instalados en nuestra cultura empresarial, la mayoría de nosotros opta por adaptarse al medio en lugar de sobresalir y en muchos casos lo que hacemos es encontrar formas superficiales de parecer originales, más de forma que de fondo, sin correr el riesgo de ser realmente originales.
Ahora, si nos vamos al diccionario encontramos las siguientes descripciones:
Original, dj. El origen o fuente de algo; aquello de donde algo surge, procede o se deriva…
Original, m. Algo de carácter singular o único; una persona que es diferente de otras de manera atractiva o interesante; una persona con iniciativa o capacidad inventiva.
Otras definiciones, van en la misma línea y destacan que la originalidad consiste en introducir y promover una idea que es relativamente inusual dentro de un dominio particular y tienen el potencial para mejorarlo.
Según algunos autores la originalidad misma comienza con la creatividad: generar un concepto novedoso y útil, pero no se detiene ahí.
En esta línea, los psicólogos descubrieron que hay dos rutas para él éxito: la conformidad y la originalidad. Conformidad significa seguir a la multitud por caminos convencionales y mantener el statu quo. Originalidad es tomar el camino menos recorrido, defendiendo un conjunto de ideas novedosas que van contra la corriente pero que, en última instancia, mejoran las cosas.
La conformidad es parte de aceptar lo “predeterminado” y sobre esto construir valor, podemos ser exitosos, pero en la medida que justificamos el sistema predeterminado, nos vamos relajando, es cómo un adormecimiento emocional al asumir que el mundo es así, por lo tanto no necesitamos estar descontentos con él.
El sello de la originalidad es rechazar lo predeterminado e investigar si existe una mejor opción y el punto de partida es la curiosidad: reflexionar en primer lugar por qué existe lo predeterminado.
Es como una suerte de deja vu, pero al revés… Vuja de… El deja vu se produce cuando nos encontramos con algo nuevo pero sentimos como si lo hubiésemos vivido o visto antes… y el Vuja de es lo contrario… nos enfrentamos a algo conocido, pero lo vemos con una nueva perspectiva que nos permite tener nuevas percepciones sobre problemas antiguos.
Y volvemos sobre la importancia de la percepción y la necesidad de crear nuevos patrones de pensamiento en línea con los desafíos que los nuevos tiempos nos exigen… es como un nuevo renacimiento que nos permita rescatar nuevos sentidos para la originalidad…
Sentidos para crear con diseño emocional, más que funcional… un relato y narración, más que argumentos… una nueva totalidad, más que foco… vínculo y empatía, más que lógica y razón… juego y humor, más que seriedad… sentido, propósito, transcendencia y plenitud espiritual, más que sólo acumulación y abundancia material…
Estos nuevos sentidos, marcarán cada vez más el rumbo de nuestras vidas y le darán una nueva forma a nuestro mundo… la invitación es a cultivar la curiosidad, la creatividad… la próxima vez que se enfrente con algo conocido, que sea un vuja de… la originalidad no es un rasgo fijo, es una lección libre.
¿Cuándo tenga una idea original… que hará…?
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