En 60 días el mundo cambió
Y nosotros pensando que lo que nos podía matar era la guerra… y jamás pensamos que iba a ser la naturaleza quien nos atacara (nueva-mente)… estábamos esperando que pasaría en marzo con el estallido social, la agenda del proceso constituyente y también ocupados con las tecnologías aceleradoras, sus cambios disruptivos y exponenciales y la transformación digital… y como dice la canción… “cuando de repente, detrás de ese árbol (chino) se aparece él (Corona), mezcla rara de penúltimo linyera…” y en 60 días este “primer polizonte en viaje global” (disruptivo y exponencial) produce más cambios radicales que en los últimos tres años, en al menos 7 tendencias (comentadas en un diario local) que la pandemia volvió urgentes y que están para quedarse… la digitalización laboral (trabajo remoto entre lo más reconocido), startup que simplifican la vida diaria, líderes cercanos en la distancia, adaptabilidad como virtud, transformación de la industria del ocio, también de la educación, emprendedores por necesidad y cambios en el mercado laboral y respuestas innovadoras a la crisis, a la nueva realidad (lo prefiero a “nueva normalidad”) y al nuevo mundo.
Pero también la pandemia, cuarentena, estallido viral, crisis global, aislamiento, derrumbe de creencias y paradigmas, incertidumbre, inseguridad, miedo, amenaza, oportunidad, agotamiento, vida, muerte… remece los pilares de “la normalidad” y abre espacio a revisitar, reflexionar y darnos cuenta que hemos estado viviendo una vida artificial (la sociedad del cansancio, la define un filósofo coreano-alemán) en un medio natural… al paralizar el vertiginoso modo de vida y silenciar la ciudad (con la ayuda de cóndores, pumas, picaflores, aire limpio y silencio…) recuperamos humanidad y tomamos conciencia que nos hemos alejado de la naturaleza (abuso y maltrato incluido) y olvidado que (nos guste o no) somos parte y no dueños de ella… y nueva-mente tenemos una oportunidad de reconectarnos con nuestro ser-humano… en una humanidad digital.
Esa misma naturaleza que nos ataca, también nos provee y regala los principios necesarios para rencauzar nuestra relación con el mundo (uno y todo), principios aplicables a nuestra vida personal, laboral, aplicable a sistemas vivos (como lo son las organizaciones, empresas e instituciones) y de esa forma poder volver a la armonía con el entorno natural y también recuperar la armonía con la salud física y emocional y potenciar nuestros niveles de conciencia, como medio para mantener y desarrollar la integridad de las personas, en esta nueva realidad.
La naturaleza tiene mucho que enseñarnos sobre cómo vivir una vida satisfactoria, balanceada y sostenible, es momento de estar atentos a su sabiduría y poner en práctica sus principios…
Comparto los Principios de la Naturaleza, que nos regala día a día y podemos ver a nuestro alrededor y la invitación es tomar cada uno de ellos y hacer una declaración y compromiso de aplicación, en su círculo personal de acción:
- Colaboración.
- Adaptabilidad
- Diversidad
- Armonía.
- Causa y efecto.
- Resiliencia
- Balance
- Interconexión.
- Manejo oportuno del Tiempo.
- Uso efectivo de los Recursos.
- Más no siempre es mejor.
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