Nuestro rol en el Nuevo Mundo
Llevamos casi un siglo en que el desarrollo de las empresas y del management que lo dirige ha sido transaccional y de economía lineal, siendo las metas y objetivos más deseados los de buscar mejor rentabilidad, cuota de mercado, crecimiento, eficiencia, retribución al accionista, aumento de valor bursátil, etc. Lo anterior se traspasaba a las empresas y los ejecutivos y profesionales (apoyados por las universidades y escuelas de negocios), los cuales entraban en la misma lógica, por ejemplo, al relacionar las metas de la empresa a la compensación (altos bonos, muchas veces descontrolados) o al aumento de los sueldos (sobre todo a nivel alto). Además, el tema de los recursos naturales no era una preocupación importante.
Por suerte algo paso, y llevamos varios años en que este modelo de hacer empresa y negocio se ha empezado a cuestionar.
Primero fueron las empresas más pequeñas, los emprendimientos y Pymes que buscaban un modelo con sentido, con propósito, respetando el medio ambiente etc. Producto de lo anterior, nació a nivel mundial el concepto de economía circular (https://www.youtube.com/watch?v=Lc4-2cVKxp0&t=184s) con su modelo de 3R y aparecieron las Empresas B con su triple impacto: financiero, medioambiental y social.
Hoy en esta Cuarta Revolución que vivimos, vemos que tenemos nuevos trabajadores, quienes buscan un trabajo con sentido, con propósito, con empleadores respetados. También hay nuevos inversionistas dispuestos a apoyar emprendimientos, y no solo en la búsqueda de rentabilidad económica sino que social, medioambiental, etc. Por supuesto, también hay nuevos consumidores, que están prefiriendo servicios y productos de empresas responsables y respetadas. Este fenómeno se ha acrecentado por la masividad de las redes sociales que permiten otra visibilidad.
Entonces, frente a este nuevo escenario social y empresarial, solo falta que las grandes corporaciones se suban a este proceso. En los últimos meses hemos visto en la prensa mundial que las organizaciones empresariales tanto en Chile como en Estados Unidos y Europa están declarando la necesidad de que las grandes empresas y corporaciones no solo tengan un objetivo económico-financiero, y que deben y tienen que incorporar metas en lo social y en lo medioambiental.
En este sentido son esperanzadoras instancias como las ODS de la ONU, la próxima cumbre de COP en Chile, las metas mundiales de cambio de matriz energética, el uso de transporte público y privado eléctrico, el control de residuos de un solo uso, la eliminación de bolsas plásticas, etc.
Cada uno de nosotros debe y tiene que aportar, ya sea reduciendo, reciclando, reutilizando, planteando en nuestras empresas el cambio de modelo, informándose de estas nuevas tendencias, consumiendo en forma responsable y eligiendo cuidadosamente a las empresas con que nos relacionamos.
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