account_circle Por: María Cecilia Alvarez, Career Partner, People & Partners

access_time 12 · 08 · 2017

Si vamos a hablar de diversidad, que sea en todo lo diverso y no sólo en una parte de ella.

Las palabras y sus significados se ponen de moda. El significado que se le asigna a las palabras, no siempre es exacto, ni tiene la misma interpretación para todos.

Por ejemplo “Tolerante”: ¿Qué significa ser Tolerante? El que acepta las diferencias que tiene con otros sobre un tema, un valor, una opinión, un paradigma, etc.

Si se le preguntara a la gente que me conoce, por mi grado de tolerancia conocido, la respuesta innata sería: “Uffff, la Ceci es súper intolerante!!” ¿Y por qué? “Porque bueno, hay un montón de cosas que le molestan, la irritan, etc.”

¿Suena a intolerante?   Quizás sí, pero la respuesta mía es NO.

Todo lo que se describe tan bien con las cosas que me molestan o irritan son emociones, es decir, son involuntarias, y no tengo responsabilidad en sentirlas. Las emociones se mandan solas.   La responsabilidad mía – o de cualquier ser humano – no está en NO sentir algo, o SENTIR algo a voluntad, sino en LO QUE HAGO con eso que siento, o no siento.   De esta forma, mis acciones son la única forma en que los demás pueden o no juzgar si mi actitud en la vida es tolerante o intolerante, al instalar fuera de mí, algo que manifieste estas emociones.

Por lo tanto, la pregunta que sigue es: ¿Qué hago con esas emociones?

¿Emplazo a aquel que hace, dice, actúa, “es”, etc. a que deje de hacer, actuar, “ser”?   No. Si no está ocasionando mal a nadie, entiendo que tiene derecho a hacer, decir, actuar o a ser de una determinada manera, aunque a mí no me guste.

¿Por no gustarme algo, pierdo mi derecho a expresar que no me gusta? Por supuesto que no. Es tan válido y tiene tanto derecho que a alguien le guste y apoye algo, como aquel que no le gusta y no apoya ese mismo algo, la clave está en la manifestación con respeto, y cuando digo esto, no lo digo tratando de pasar una mala educación por algo que no lo es, o cuando alguien lo usa para burlarse de otro, lo digo como debe ser, con el respeto y la consideración que las personas nos debemos.

¿Quién es más tolerante, entonces?

¿Es más tolerante quien vive en paz porque nada le perturba, ni esto ni lo otro, porque está en armonía con todo lo que le toca vivir en su contexto, porque le es indiferente el comportamiento de otros mientras no se vea él afectado, porque no existen en general circunstancias que lo desquicien, y por lo tanto hasta le es ajeno y difícil de comprender que exista alguien que se exaspere por tantas causas?   Esa persona, por las características que tiene, por las circunstancias que vive, por la apreciación que hace de los eventos, de los demás, etc. puede decirse que es LA MENOS TOLERANTE de todas, dado que no tiene que poner en Ejercicio el arte de tolerar. No hay esfuerzo en su aceptación. No tiene que hacer nada con sus emociones, porque éstas o son neutras o son positivas, no ocasionándole entonces ni disgusto, ni malestar, etc.

¿¿¿No es más tolerante entonces, quien pese a estar sometido a variadas situaciones, personas o eventos que lo perturban, es capaz de controlar los impulsos antagónicos a lo que le arrastran sus emociones, guardándose todo ello para sí sin perturbar a los demás???

La Tolerancia se pone a prueba en contextos de DIVERSIDAD, y no es válido hablar de aceptar la Diversidad sólo cuando se trata de aceptar una parte de ella, es decir, liberal y conservador, antiguo y nuevo, etc. son partes de ese todo que buscamos apoyar.

TODOS SOMOS PARTE DE LA DIVERSIDAD, INDEPENDIENTE DE A CUÁL PARTE DE ELLA PERTENEZCAMOS.

Compartir

 
  

Comentarios