account_circle Por: Ma Cecilia Alvarez - Senior Career Manager People & Partners

access_time 14 · 10 · 2024

Quizás muchos hayan escuchado o leído alguna vez esta expresión, aunque se podría decir que no es algo que esté demasiado presente o que sea tan conocido.  Puede que algunos ni siquiera lo hayan oído mencionar ni una vez en su vida. Si hablamos de su traducción al español, como “quemarse” o “estar quemado” puede disminuir aún más la probabilidad de haberlo oído.

Pero – como muchas otras temáticas – no por no estar en la conversación cotidiana significa que no existe o no nos afecta.

Primero algunas consideraciones antes de explicitar de qué se trata:

  • Si bien su definición no se encuentra en el DSM-V, ni en el CIE 10, usualmente se describe como una forma inadecuada de afrontar el estrés crónico, cuyos rasgos principales son el agotamiento emocional, la despersonalización y la disminución del desempeño personal.
  • La OMS la reconoce como una enfermedad que se manifiesta en algunos trabajadores, motivada por el agotamiento físico y mental provocando una cronificación del estrés laboral.
  • Desde la Psicología, catalogamos como burn out, aquel estado al que llega una persona tras periodos largos e intensos de trabajo, representando un estrés más allá de lo usual, y que tras ser sostenido, genera en la persona que lo sufre una desconexión con el estímulo que le causa ese estrés. Es decir, el trabajo.
  • También, desde la psicología, sabemos que este síndrome, al menos en una época, fue asociado en general a oficios, profesiones o actividades como Bomberos, Psicólogos, Médicos, Asistentes Sociales, etc. que tienen como común denominador, un quehacer que exige el relacionamiento directo con personas que sufren.
  • La OIT (2001) reconoce que el estrés y el agotamiento son problemas de salud mental en el medio ambiente de trabajo y que el SQT (síndrome de quemarse en el trabajo) es un efecto crónico del estrés laboral sobre la salud de dimensiones similares a otros trastornos mentales (Maslach, 2001)
  • Hasta hace algún tiempo era considerado como una enfermedad común, pero desde enero de 2022 la OMS reconoce el síndrome de burnout como enfermedad profesional.

El síndrome en cuestión se empieza a desarrollar de manera sigilosa, desapercibida, lo que sería una analogía con la rana que se echa a cocer en una olla, con agua helada.  Es prácticamente imperceptible, generando una curva ascendente de estrés, de sentirse demandado, que hace un shut down para proteger su sistema.

Síntomas más identificables

Del Estado del Ánimo

  • Estrés excesivo
  • Tristeza, Enojo, Irritabilidad
  • Fatiga
  • Desafección por el trabajo y por las demandas
  • Sintomatología depresiva
  • Ansiedad y angustia

Del Estado Físico

  • Presión alta
  • Aumento de las horas de sueño o insomnio
  • Falta de apetito o apetito voraz

Sociales y Laborales

  • Baja en la productividad
  • Aislamiento

Causas

  • Requerimientos y demandas continuas
  • Exceso de horas de trabajo
  • Extensión del horario laboral
  • Poca delimitación de los ámbitos laboral / personal / familiar

CONTEXTOS PARA ESTAR ALERTAS

  • Puestos relacionados con atención de público, clientes, pacientes o usuarios
  • Elevado nivel de responsabilidad
  • Jornadas laborales o turnos demasiado largos
  • Trabajos muy monótonos

La primera impresión que podríamos tener es la de estar pensando en un Jefe que tiene un trato inadecuado con un colaborador, y que ante el permanente acoso, termina por generar este efecto indeseado.  Claro, esto puede ocurrir y de hecho, ocurre.

Pero me parece que el valor agregado de este artículo, es hacer referencia a lo que podría ser un caso completamente distinto: Alguien, que es un gran Jefe, y que da mucho reconocimiento a sus colaboradores, podría estar quemando igualmente a uno de los suyos, en contextos al parecer, inofensivos, y sin siquiera notarlo.  Veamos:

Juan es jefe de Pedro.  Juan está muy satisfecho con Pedro, dado que es un excelente elemento, siempre da respuesta a sus compromisos, mantiene altos estándares de calidad en su trabajo, cumpliendo con forma, fondo, plazos, presupuestos, etc. Adicionalmente, se las arregla bien para manejar contingencias, lo que lo vuelve muy competente y confiable.  Finalmente, Pedro tiene un desempeño alto, por lo que se siente valorado y estimulado a continuar en esta senda exitosa.

¿Qué pasará cuando Juan requiera encomendar nuevos trabajos y proyectos que exigen tiempo y atención para obtener los resultados? La probabilidad de que esos nuevos proyectos sean derivados a Pedro es muy alta, más aún si revisten gran importancia para Juan.   Pedro tomará estos nuevos proyectos, respondiendo con prontitud y excelencia, volviéndose cada vez más confiable y valioso.

¿Qué pasa con un colaborador que se destaca por sus competencias, y cumple cada una de las permanentes demandas?  Lo más común es que se le continúen asignando más y nuevos proyectos, aumentando sigilosamente su carga laboral, día a día.  Si bien, el colaborador en un inicio puede sentirse “valorado”, “valioso” para la organización, luego de un tiempo, ese mismo colaborador podría empezar a sentirse “usado” y definitivamente “mal tratado”. ¿Pero cómo podría pensar eso? Porque la recarga laboral, sobre todo frente a pares o colegas que ejercen el mismo rol, va generando una nunca deseada inequidad. Al comparar Pedro su realidad y constatar que los otros tienen una evidente carga menor de trabajo, que los mantiene con más tiempo libre y una mayor distensión, su emoción interna es de injusticia.

En este caso, un colaborador – par de Pedro – vive el trabajo con la claridad de lo que se espera de su rol, en determinados plazos, etc. y al mismo tiempo, Pedro vive el mismo trabajo desde la urgencia, contra el tiempo, demandante porque le encargan más y porque confían más.  Como dice un viejo adagio: “burro que carga bien, carga 2 veces”.

No confundir Estrés Laboral y Burn Out.

Podría creerse que el estrés laboral es algo bastante cotidiano en el mundo del trabajo, y que no merece atención especial.  Sin embargo, es importante destacar que el estrés es una cosa y el burnout es un estado mental totalmente diferente. Bajo estrés, continúas esforzándote para enfrentar las presiones del día a día. Pero una vez que ese estrés avanza y se instala, aparece el burnout que hace que te quedes sin energía, haciendo que las cosas en general empiecen a perder significado y que las pequeñas tareas se sientan como un GRAN esfuerzo.

¿Está usted quemando a sus más valiosos colaboradores?

Revisemos algunas de las más comunes TRAMPAS que podrían estar ocultando una sobrecarga que puede llevar a este problema:

  • Estoy delegando y confiando en él
  • Le estoy dando visibilidad
  • Lo expongo para que crezca

¿Cómo evitarlo? Algunas recomendaciones básicas:

  • Lleve un registro que le permita dimensionar la carga laboral que delega en sus colaboradores;
  • Con cada nuevo encargo, verifique con el propio colaborador que esto no le va a significar una sobrecarga;
  • Es importante que asigne prioridades para que el colaborador ordene sus energías en el desarrollo de los proyectos;
  • Haga seguimiento de acompañamiento. Es decir, no sólo monitorear los avances, sino acompañar con apoyo, conversación, empatía;
  • Si quiere delegar más en un colaborador, asegúrese de quitarle algunos otros requerimientos;
  • Siempre trate de asegurar la equidad.

¡Cuide a sus colaboradores!

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