¿Terminó la fiesta de Disfraces?
Siempre he pensado que los días de celebraciones temáticas nos ofrecen un espacio para reflexionar. No se trata de creer o no en una celebración determinada o mucho menos de ponernos graves. A veces, simplemente es interesante detenernos un poco más en la realidad presente, para observar que hay detrás del escenario, que muchas veces sucede como si fuera rutina.
Con los dulces abiertos o las travesuras pactadas, Halloween o el Día de los Muertos, vuelve a pasar. Ahora, ¿Nos quitamos el disfraz? ¿Nos ponemos nuestro disfraz corporativo? ¿Qué personaje volvemos o queremos ser? ¿Cuántos disfraces tenemos en nuestro closet emocional?
Se piensa que la costumbre o aficción al disfraz es algo muy antiguo. Al parecer los Romanos ya se disfrazaban en las “Saturnales”, las fiestas de tres dias consecutivos donde se olvidaban del orden establecido y se entregaban a la diversión. El poeta Cayo Valerio Catulo la llamó “El mejor de los días”.
Y es así. Personalmente soy amante de los los carnavales y ver a las personas o niños conectados creativamente con su espontaneidad y disfraces desconocidos resulta una experiencia que invoca reirnos, pasarlo bien y salir por unos momentos, de ese personaje que somos durante todo el año. Muchos dicen que no se trata del disfraz, si no de la actitud. En la era de Instagram, incluso es divertido revisar hasta donde llegó la creatividad y producción de los otros. Es un hecho, que las fiestas de carnaval o celebraciones de Halloween, tienen una personalidad y carácter único que desafia la curiosidad, que nos invita a ponerle un poco más de locura. A veces también toca reirse de las expectativas versus a la realidad de cada disfraz. Un poco de trucos y algo de magia nos hace bien a todos.
Volviendo al mundo corporativo, muchas veces reflexiono si estamos en una fiesta de disfraces que aún no termina o si realmente somos la mejor versión del personaje que queremos ser.
¿Qué implica mi personaje como Gerente de Marketing de People & Partners? ¿Cuánta distancia hay de ese rol con la persona que soy fuera de la oficina o del trabajo? ¿Quiero realmente ser el personaje que estoy siendo? ¿Quiero guardar o cambiar mi disfraz? ¿Necesito un disfraz para salir del orden establecido?
Es importante que tu rol sorprenda. Que estes conectado lo más posible a el. Que sea más parecido a un loco disfraz, que a un uniforme que te pones por “default” todos los días. Debemos estar lo suficientemente alertas y conscientes para no perdernos de nuestra esencia, pero también permitirnos transformarla. Cuando se apaga la autenticidad, las opiniones propias, las ideas o aquello que nos hace genuinos o diversos, se pierde el motor, el alma y la chispa de lo que nos hace valiosos como personas únicas.
¿Es nuestro rol un disfraz? Disfrazarse puede ser un juego de empatía y sorpresa. Nunca deberíamos acostumbrarnos demasiado, como tampoco alejarnos de nosotros mismos
En esta fiesta de los cargos, aspiraciones y competencias, muchas veces confundimos el rol con la persona que lo interpreta. Debemos cuidar esa relación, sin que nos atrape ni nos deje actuar desde la pasión o ese encanto único de lo que somos.
Hay 5 conceptos que son claves para no perderse en esta fiesta:
- Cualquier transformación está llena de oportunidades.
- La diversidad es un aliado. No quieres encontrarte a otro con el mismo disfraz o perderte en la normalidad. Todos somos unicos, por lo que la autenticidad siempre te llevará a tu mejor versión.
- Empatía: Conoce a tus compañeros. Un disfraz no solo es el resultado, esta lleno de historias.
- Nunca repitas el disfraz. Ejercita continuamente tu creatividad.
- ¿Cuál es la próxima locura de tu carrera? No te quedes en la rutina.
El ejercicio del ego, muchas veces nos traslada a personajes, situaciones o acciones que no quisimos o que no queremos seguir siendo. Muchas veces transformamos nuestro cargo en un personaje o finalmente somos consumidos por él. A menudo nos mantiene en una zona cómoda sin esfuerzo
Revisar el guión o el personaje, siempre será un buen ejercicio. Esta semana post- Halloween es un buen momento para hacernos esas preguntas.
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