access_time 18 · 05 · 2015

por Daniella Holz, Career Partner de People & Partners

Camino rápidamente desde el estacionamiento en dirección a la oficina, estresada por el infernal tráfico de esta ciudad. Respiro angustiada por el mensaje que debo dar al equipo gerencial. Mis pensamientos se mezclan y no siguen el hilo conductor que quisiera.

¡Por qué no para de pensar esta cabeza! ¡Me marea!

Repentinamente me encuentro en la calle con una sonrisa juguetona e inocente; frente a mí una niña mira encandilada a su madre, sus ojos se cruzan con los míos y espontáneamente sonríe. Respiro profundo y mis pensamientos se aquietan…Cierro los ojos y siento un exquisito olor a café llegar a mí… humm! ¡Qué agrado!. Levanto la vista y veo la luz del sol entre las hojas de los árboles ¡Me siento mucho mejor!

Estos pequeños detalles hacen que mis ideas se ordenen y, claro… ahí estaba la respuesta!

¡¿Cómo no la vi antes?!

 Me detengo y me dan ganas de entrar a la Cafetería por un café… ¿por qué no?, …miro la hora…en realidad, tengo tiempo.

 Me abren la puerta y entro con mi mejor sonrisa.  Me encuentro con unos ojos sin luz que me reciben, y veo como poco a poco comienzan a iluminarse…a sonreír.

– ¡Adelante!, me dice. Y veo cómo su cara cambió al reflejarse en la mía…, recibió mi sonrisa.

 

El acto voluntario de generar pensamientos positivos y transmitir buena energía, es una responsabilidad que debiera estar en nuestra rutina diaria. El ser conscientes de todos los beneficios que esto implica, de seguro nos permitirá afrontar mejor cada proceso de importancia al cual nos enfrentemos.

Conquistar y lograr una actitud positiva frente a la vida y a los hechos que nos ocurren diariamente, dependen exclusivamente de nuestros pensamientos y, esto es un acto voluntario que podemos canalizar y dirigir.

La “Buena Onda” desde el entendido como un espacio de generar círculos virtuosos, sinergias y relaciones sanas, parten desde un acto sencillo como una sonrisa y al final del día uno elige sonreír.

La importancia de generar una apertura, una visión más amplia y sin prejuicios, permite fácilmente conectarnos con el otro y construir desde lo positivo. Esto nos da la oportunidad de transmitir y contagiar nuestra energía positiva.

Nuestros pensamientos, sentimientos y posteriormente nuestro lenguaje, guiarán nuestro accionar y nuestras acciones. Con el paso del tiempo, se transforman en hábitos, los que al incorporarlos finalmente pasarán a formar parte de nuestra Personalidad.

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