Testimonios
Fue una experiencia enriquecedora, llegas a un grupo de personas que te acogen, que te hacen parte de ellos y no solo hablo de la empresa, sino de todos los que compartimos mañanas y tardes frente a los computadores, en reuniones, dibujando, contando antiguas experiencias de trabajos pasados, etc.
Además de todo lo que enseñan en el Fast Track, lo más importante es sentirse parte de un grupo, que te acompaña, que está ahí cuando los necesitas, que probablemente están más o igual de vulnerables que uno, pero así uno los conoció, como personas, no son cargos, no son sueldos, sino que solo personas y es la única forma de conocer realmente al resto de las personas que te rodean.
Volví a estar con mi hijo, leer, a escuchar música y cantarla – aunque mal-, a ver la naturaleza con otros ojos.
Al final solo crecí como persona y nada de lo que veía era tan terrible.
¡Ah! algo muy importante, gracias Daniella.
Y como dice la Shakira no hay mal que dure 100 años, ni cuerpo que lo aguante y un día después de la tormenta cuando menos lo piensas sale el sol.”