access_time 15 · 06 · 2016

Son muy pocas las veces que People & Partners se suma a la contingencia. Son varias las razones, pero esta vez haremos una excepción y correremos el riesgo.

Correremos el riesgo, porque más allá del oportunismo y las distancias, lo que ha ocurrido en Orlando, podemos corregirlo y se nos acaba el tiempo.

Esta batalla, a diferencia de otras, la única forma de ganarla es siendo personas. De las más simples a las más importantes. Personas comunes y corrientes, que se relacionan con otras, van a sus trabajos, salen de fiesta y se preocupan de su familia o amigos. Son estas mismas personas que todos los días, quieran o no, se enfrentan a la diversidad.

Y ahí esta la oportunidad. La diversidad no solo se trata de la sexualidad, si no también de las opiniones, de las diferentes generaciones en un mismo lugar de trabajo, de la genialidad, de las diferentes formas de resolver un problema, de aquellos más rápidos o los que demoran más, de liderazgos rígidos y otros flexibles, de desvinculaciones amables, selecciones atrevidas, discapacidades capaces y de talento, mucho talento.

Algunos pasamos más de 10 horas trabajando diariamente. Es justamente en ese espacio, donde pequeñas cosas concretas pueden darle al mundo una victoria. No es necesario esperar luchas globales. Cada acto simple y cotidiano de valorar la diversidad en cualquiera de sus formatos, hará una generación más valiente.

Es probable, que todos los días y de forma silenciosa, estemos apagando una oportunidad . Una chispa que no va a volver a surgir.

Y esto no es solo filosofía. Esta más que comprobado que el éxito de las empresas del futuro serán aquellas que mejor gestionen su talento y diversidad. Nunca antes se hizo tan necesario educar a las compañias y a las familias a proteger la diversidad como riqueza y no como una amenaza.

Con investigaciones recientes, como las de McKinsey & Company*, queda cada vez más claro que las empresas con mayor diversidad en su fuerza de trabajo serán las más competitivas y con mejores resultados financieros. Para que hablar de innovación y creatividad.

Esto es como estar frente una mina de oro y no hacer prácticamente nada.

Hace 16 años nos comprometimos a trabajar por humanizar a las empresas. Y hoy más que nunca, el amor es amor, también en nuestros lugares de trabajo, colaboradores y compañeros.

La única forma de corregir esta historia, es que de una vez por todas, la diversidad y la inclusión dejen de ser una “tarea para el reporte de sustentabilidad” y pasen a ser un valor.

El amor, el talento y el respeto no deben tener etiquetas. Debe ser algo de todos los días y en consecuencia, el patrimonio más grande de cualquier empresa.

Ahí, desde los más jóvenes a los más experimentados jefes, empleados y desempleados, tenemos mucho que hacer y aprender. Mañana podríamos ser nosotros.

Por Tomás Valles, Brand Manager People & Partners

*Estudio “Why diversity Matters” McKinsey&Company

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